Una antigua canción denominada Tout va
très bien, madame la Marquise (Todo está muy bien, señora
marquesa, Paul Misraki, 1935) narra la conversación de una marquesa
con su mayordomo, que le cuenta las novedades del castillo. Sólo un
problema pequeño, la muerte de su yegua gris, pero cuando ella
repregunta resulta que la yegua murió en el incendio de las
caballerizas, que se produjo cuando fueron alcanzadas por el incendio
total del castillo, que ocurrió cuando el señor marqués se enteró de que
estaba arruinado y en consecuencia se suicidó, quemando todo. Pero salvo
eso, señora marquesa, todo está muy bien (ver en
YouTube).
Omar Fontana,
uno de los dueños del frigorífico Sadia, creó en 1956 en la ciudad de
Concordia (Santa Catarina, Brasil) una empresa llamada Sadia1
Transportes Aéreos cuya
principal misión sería transportar productos cárneos de la empresa,
aunque también llevó pasajeros. Su primer avión fue un Douglas DC-3. Su
evolución fue azarosa. Creció asociado con REAL entre 1956 y 1961, y
gracias a la política de subsidios estatales pudo prosperar lentamente
en las rutas del interior de Brasil.
A mediados de los años sesenta incorporó turbohélices ingleses Handley
Page Dart Herald, y en 1970 reactores BAC-111 (llegó a tener uno
alquilado a Austral, el LV-JNR, que allí fue PP-SDP). Funcionando
siempre con sobresaltos económicos, en 1973 comenzó a incursionar en el
transporte de tercer nivel y cambió su nombre por Transbrasil. Tampoco
pudo sostenerse económicamente en este empeño, pero en ese momento los
subsidios para este tipo de servicios eran muy importantes.
A fines de la década del
ochenta se lanzó al servicio internacional, volando a Orlando y París, y
luego a Ámsterdam, Buenos Aires, Londres, Miami, Nueva York, Washington
y Viena. Pero los resultados económicos de este proyecto también fueron
malos y los servicios fueron suspendidos, volviéndose al interior de
Brasil, también con reducciones.
En 2000 la empresa ingresó en una larga agonía, dejando de operar en
diciembre de 2001. Tenía una deuda superior a los 400 millones de
dólares con el gobierno brasileño, había despedido a un tercio de su
plantilla en los últimos meses y hacía un tiempo que funcionaba sin
sistema de reservas, también cortado por falta de pago. En agosto se
decretó la quiebra.
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El BAC-111 PP-SDP
alquilado a Austral (matriculado LV-JNR en
Argentina). En la imagen se lo ve en El Galeao en
NOV1970, con titulos de Sadia, pero con el esquema y
colores de Austral (foto: Vito Cedrini). |
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Si miramos los números con cuidado. Sadia/Transbrasil
nunca fue una empresa rentable, y su subsistencia sólo se explica por
una hábil gestión de los subsidios y buen lobby.
Pero si hay algo que siempre tuvo la empresa fue optimismo, aunque las
cosas no fueran bien, como en la canción de la marquesa. Este aviso, que
se repitió en muchas revistas argentinas e incluso en la vía pública en
1996 (está tomado de Alas de julio de ese año), es una buena muestra de
este pensamiento superficial. Tudo bem, pero ni siquiera está bien
redactado el detalle de la flota, porque los denominados “WideBoeing
737/300”, en realidad eran 767/300, un avión dos veces más grande.
Pero “Tudo bem”.
Buenos Aires 29 de
Noviembre
de 2011
Nota:
[1] La
empresa original se llamaba S. A. Indústria e Comércio Concórdia. Sadia
es una palabra formada con las iniciales de Sociedad Anónima y las
últimas tres letras de Concordia.