A principios de 2011 Aerolíneas Argentinas
volaba a unas 33 destinos domésticos, con un plan de rutas pensado para
unir sin paradas la ciudad de Buenos Aires (Aeroparque) con las
capitales de provincia y algunas ciudades de interés turístico o
comercial. Los enlaces internos casi no existen, destacándose solamente
un anillo turístico que circunvuela el país, partiendo y llegando a la
Capital.
No siempre fue así. Según el aviso que hoy
nos acompaña, publicado en la revista Vea y Lea del 18 de octubre
de 1958, en esa época los destinos eran 51, y por lo que se ve en el
mapa, se unían muchos pares de ciudades del interior que hoy no tienen
servicio.
Lo interesante es que el mensaje ha cambiado muy poco en medio siglo.
Entonces se decía “todo el país unido”, y hoy se repite la palabra
“conectividad”, que sería la variable postmoderna de aquel concepto.
Todos sabemos que Aerolíneas Argentinas fue fundada con la intención de
articular el país, y la idea se mantiene en el discurso, pero habida
cuenta de las diferencias que hay entre el mapa actual y el fundacional
resulta evidente que el concepto cambió con los años.
La primera red
doméstica de la empresa estatal se diseñó en Buenos Aires, con centro en
el aeropuerto de Ezeiza, a la sazón una de las joyas del régimen
peronista. Pero a la hora de trazar los vuelos se impuso una mentalidad
más terrestre que aérea, que por un lado duplicó el mapa de los
ferrocarriles ingleses, y por otro aumentó su centralismo1.
Que los aviones sobrevolaran
las vías férreas era lo lógico, y en todo el mundo se registró el mismo
fenómeno, pero lo interesante es que aquí las aeronaves funcionaron como
si fueran trenes. Para cualquier trazado ferroviario una ruta larga
implica paradas intermedias (para ir de Buenos Aires a Tucumán hay que
pasar por Córdoba) pero los aviones no tienen esa limitación, algo que
en un primer momento no se entendió o no se pudo poner en práctica por
las limitaciones de alcance de la flota disponible. Para eso aparecieron
muchos enlaces entre pares de ciudades del interior que generaron
tráfico propio.
En el primer momento no se pensó en rentabilidad de estos servicios
(tampoco nadie lo pensaba en el resto del mundo), y era fácil hacer una
promoción política de la empresa, mostrando su función social, que es lo
que quiere mostrar este aviso.
Un dato interesante es la cantidad de pasajeros declarada, 307.429, un
valor muy pequeño en relación con los veinte millones de población total
del país en ese momento. Lo cierto es que las frecuencias eran pocas y
los aviones chicos. Había servicio aéreo, pero para muchas localidades
no era algo de todos los días.
Con el tiempo empezó a hablarse de
la necesidad de que Aerolíneas Argentinas se convirtiera en una
empresa rentable. Si era posible o si tenía sentido sería una
discusión muy larga, pero lo que es evidente es que una de las
herramientas que se eligieron para alcanzar ese cometido fue
suprimir destinos y pares de ciudades servidos.
El cambio de concepto de lo que debía ser Aerolíneas Argentinas
estaba resuelto a mediados de los años setenta. Lo curioso fue
que el discurso de integración siguió en el mensaje de la
compañía sin variantes hasta hoy.
Un último comentario. Cualquiera que ve este aviso piensa que se
trata del mapa de rutas que comenta el texto, y que las escalas
que figuran en el mapa son 51. Contarlas puede ser un ejercicio
sorpresivo, porque en realidad son 44, faltan siete.
La incoherencia en el mensaje de Aerolíneas Argentinas es un
tema de toda su historia. Este es un buen ejemplo.
Buenos Aires 9 de Mayo de 2011
Notas:
[1]Es
cierto que la red ferroviaria inglesa, en su estado final, tuvo un
diseño radial, con centro en el puerto de Buenos Aires, pero esto es una
parte de la verdad, porque los puertos de Bahía Blanca y Rosario
tuvieron mucha importancia en su tráfico, e incluso el puerto bahiense
era propiedad del Ferrocarril Sud
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Bibliografía sugerida:
AEROLÍNEAS ARGENTINAS,
Nacionalización y unificación, Buenos Aires, 1951.
FUERZA AÉREA ARGENTINA, Boletín Aeronáutico Público (publicación
periódica).
GUIRALDES, JUAN JOSE, El poder aéreo de los argentinos.
Buenos Aires, Círculo de la Fuerza Aérea, Dirección de Publicaciones,
1979.
LAZZARO, SILVIA B., Estado, capital extranjero y sistema portuario
argentino (1880-1914), Buenos Aires, Centro Editor de América
Latina, 1992.
POTENZE, PABLO LUCIANO, Aviación comercial argentina (1945-1980),
Buenos Aires, 1987.
STONES H.R., British Railways in Argentina 1860-1948,.Bromley
Kent,.P.E. Waters & Associates,.1993. |