Hay que proteger a Aerolíneas Argentinas…
¿Hay que proteger a Aerolíneas Argentinas?
El país debe tener una línea aérea de
bandera… ¿Debe el país tener una línea aérea de bandera?
Para la ciencia aerocomercial mundial, una
línea aérea de bandera es la organización que una nación designa para
realizar un servicio aéreo cualquiera dentro de un tratado
internacional. No tiene por qué ser estatal, y tampoco tiene por qué ser
la única. Pan American y Varig jamás fueron estatales y en varias de sus
rutas compitieron con empresas de sus propios países, lo que no impedía
que fueran líneas de bandera en las rutas en que fueron designadas.
En 1950, cuando se fundó Aerolíneas
Argentinas, por primera vez en la historia, era posible para casi
cualquier país tener una línea aérea propia, pero exigía mucho dinero,
que por lo general los privados no estaban dispuestos a poner. De ahí
que en esa época aparecieron, en casi todo el planeta, empresas
estatales que obviamente fueron designadas para establecer los servicios
de bandera de sus países. Entonces era una idea moderna, que permitió la
inauguración de muchísimas nuevas rutas y la capacitación de mano de
obra aeronáutica a nivel global.
Argentina y Aerolíneas Argentinas entonces
no fueron la excepción, estaban a la par del mundo.
Con los años y las décadas los estados
fueron cambiando de ideas y llegaron a la conclusión de que los
capitales privados podían hacerse cargo de muchos servicios, por lo que
fueron lentamente reduciendo su participación —entre otras— en las
empresas aerocomerciales, aunque siempre vigilaron el funcionamiento de
estas actividades.
Y así llegamos al siglo XXI, en el que
subsisten muy pocas empresas estatales de aviación, y los gobiernos
piensan mayoritariamente en fomentar la competencia para asegurar
enlaces dinámicos en las rutas de su interés, a veces con subsidios
específicos.
Argentina y Aerolíneas Argentinas hoy son
la excepción. No sintonizan con el mundo.
Líneas aéreas
que hacen servicios regulares internacionales en algunos países
de Latinoamérica |
País |
Privadas |
Estatales |
Argentina |
LAN-Argentina, Sol. |
Aerolíneas Argentinas. |
Bolivia |
Aerosur. |
BoA. |
Brasil |
Gol/Varig, TAM, Avianca Brasil. |
Ninguna. |
Chile |
LAN Airlines, Sky Aairlines. |
Ninguna. |
Colombia |
Avianca. |
Satena. |
Ecuador |
LAN-Ecuador, TACA Ecuador. |
Ninguna. |
El Salvador |
TACA. |
Ninguna. |
México |
Aeroméxico,
Vivaaerobus, Volaris. |
Ninguna. |
Panamá |
COPA. |
Ninguna. |
Paraguay |
TAM Mercosur, Sol del Paraguay |
Ninguna. |
Perú |
Lan-Perú, TACA- Perú. |
Ninguna. |
Uruguay |
Pluna,
BQB. |
(Pluna tiene una participación
estatal minoritaria). |
Venezuela |
Aeropostal, Aserca. |
Conviasa. |
El laberinto
Como dije, en 1950 estaba claro qué era y
qué debía hacer Aerolíneas Argentinas.
Pero al final de esa década ya no estaba
tan claro, porque en esa época se empezó a discutir si sus
responsabilidades debían ser transferidas al sector privado. La
discusión fue larga y, en rigor, todavía no terminó.
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Una muestra del amor de los argentinos
por Aerolíneas Argentinas es el album Ayer hoy y
mañana grabado por Los Andariegos en 1967, que
incluye una zamba dedicada a la empresa con letra de
Héctor José Cives y música de René Cóspito. El título
del album es por demás sugestivo sobre la eternidad de
Aerolíneas (imagen: archivo Pablo Luciano Potenze). |
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En 1990 la empresa aérea era un agujero en
el presupuesto nacional que se decidió sanear mediante una
privatización, muy mal pensada y peor administrada.
En 2001, luego de un vaciamiento orquestado
por el Reino de España a través de Iberia y la SEPI, con la colaboración
de American Airlines, fue vendida al capital privado español que la
volvió a vaciar (es difícil de explicar cómo una empresa se puede vaciar
dos veces seguidas, pero eso ocurrió).
En 2008, en absoluta situación de quiebra,
volvió a convertirse en una empresa estatal argentina. Hubo una ley
aprobada por amplia mayoría, de donde resulta evidente que había un
consenso político importante. En general, la población también estuvo de
acuerdo.
La gran pregunta es ¿para qué se volvió a
estatizar? Y todas las encuestas conducen a dos respuestas:
-
Para volver a tener la supuestamente
indispensable línea aérea estatal de bandera.
-
Para evitar que cayeran miles de
empleos directos e indirectos.
Los aviones y los
argentinos
No hay estadísticas específicas, pero las
estimaciones de varias fuentes nos dicen que en el país sólo el 5% de la
población usa los servicios aéreos. De estos números surge la evidencia
de que no se trata de un servicio esencial para la generalidad de la
población, aunque sí es significativo y hasta indispensable para algunos
sectores minoritarios y, aunque sea políticamente incorrecto decirlo,
importantes.
La mayor parte de la población del país no
ha volado jamás, y no lo ve como una posibilidad cercana, pero lo
interesante del caso es que casi todos los argentinos aman a Aerolíneas
Argentinas (ver video más abajo) .
Es un amor muy idealizado, porque es como amar a una mujer inalcanzable,
pero es así. Extendiendo esta cuestión sentimental, también resulta que
cualquier localidad del interior no se siente completa si no tiene
servicios aéreos, pero cuando éstos llegan los pobladores no los usan.
“El avión” sirve para jactarse y competir en un ranking perverso de las
ciudades del interior, pero casi nadie lo usa para viajar (consultar
artículo
aquí).
Esta psicología estuvo presente en todo el
proceso de reestatización de Aerolíneas Argentinas. El pueblo pensaba
que había sido despojado de algo importante, y apoyó sin reticencias la
vuelta al estado anterior de cosas de modo instintivo, sin pensar ni
analizar. Así las cosas resulta que la estatización de Aerolíneas
Argentinas fue una cuestión del corazón que se convirtió en un “amor
tóxico”.
Aerolíneas Argentinas y el
Estado
Si analizamos cuidadosamente la gestión
privada en Aerolíneas Argentinas lo primero que vamos a encontrar es que
todo lo que hicieron los sucesivos propietarios y administradores contó
con la anuencia de las autoridades argentinas, que siempre convalidaron
lo actuado por acción u omisión. Es cierto que “los gallegos” no pagaron
lo convenido por la compra, inventaron cargos ficticios, manejaron la
capitalización de la empresa como se les ocurrió, no invirtieron un
centavo, descuidaron la comercialización y el mantenimiento, suprimieron
rutas, vendieron activos y modificaron los servicios, pero absolutamente
todo eso se hizo con la firma del gobierno argentino.
Seguramente el resultado más contundente de
dieciocho años de gestión española fue que la empresa en ese tiempo no
creció absolutamente nada. La consecuencia lógica de esto en el mundo
capitalista es la quiebra, pero la política no quiso que fuera así.
¿Podría haber crecido Aerolíneas Argentinas
—o cualquier otra empresa argentina— en ese período? Es una pregunta
difícil, que tiene varias respuestas.
Por un lado está la evidencia de que Dinar,
LAPA y Southern Winds crecieron durante los años noventa. Es cierto que
—sin ayudas— cayeron con la crisis de 2001 / 2002. Aerolíneas Argentinas
sobrevivió porque recibió mucho dinero del Reino de España que le
permitió entablar una guerra de tarifas desigual. Después del interregno
de LAFSA (ver
LAFSA - Líneas Aéreas Federales Sociedad Anónima),
LAN-Argentina está creciendo, y es remarcable que la situación general
del mercado latinoamericano de los últimos años es de gran crecimiento,
con la única y notable excepción de la Argentina.
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Durante el conflicto de 2001 el personal de
Aerolíneas Argentinas salió a la calle Florida a
pedirle a quienes pasaban que firmaran por la
salvación de la empresa, y la mayoría firmaba (foto:
Pablo Luciano Potenze). |
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En este punto cabe preguntarse si el Estado
quiere que el transporte aéreo se desarrolle, y los hechos dirían que
no, que le basta con ese servicio que sirve a un 5% de la población. Más
allá de lo que se hizo o no se hizo con el principal transportista del
país, que es significativo, no se advierten esfuerzos para que el
sistema aeroportuario crezca, y menos por actualizar una legislación
aeronáutica que, por obsoleta, hoy es un escollo para la evolución.
Para qué debería servir
Aerolíneas Argentinas
Lo que llamamos
Aerolíneas Argentinas está formado por Aerolíneas Argentinas S.A.,
Austral Líneas Aéreas - Cielos del Sur S.A. y sus empresas controladas
(Optar S.A., Jet Paq S.A., y Aerohandling S.A.). Según la ley 26.412 (Rescate
de Aerolineas Argentinas y Austral Líneas Aéreas por el Estado Nacional)
este conglomerado sirve para garantizar el servicio público de
transporte aerocomercial de pasajeros, correo y carga1.
En otros planos del pensamiento, sirve para
generar fuentes de trabajo calificado en el país, para fomentar la
industria aeronáutica nacional, para dar prestigio al país, y quizás
para algo más, pero la ley no dice nada al respecto.
Además de esto, que está en todas las bocas
oficiales, Aerolíneas Argentinas sirve para otras cosas; la más evidente
es para mantener a una clase dirigente y una burocracia aeronáutica —que
incluye por igual a directivos de la empresa, proveedores, sindicalistas
y socios diversos— que ha fracasado históricamente, pero se mantiene en
el poder, y se mantendrá mientras exista una Aerolíneas Argentinas
monopólica e ineficiente.
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El día que Cirielli llenó el Luna Park… Fue el 12 de
junio de 2001, y concentró a unos cincuenta artistas
de todo tipo que actuaron contra el plan director de
la SEPI y por la salvación de Aerolíneas Argentinas (foto:
Pablo Luciano Potenze). |
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Para qué no sirve Aerolíneas Argentinas
Como suele ocurrir con
las empresas estatales con vocación de monopolio, Aerolíneas Argentinas
no sirve para la competencia. Su concepto de servicio público es que los
pasajeros deberían estar agradecidos de que el Estado ponga a su
disposición el avión. Como consecuencia de esto, no hay nada peor para
la empresa que hablarle de competir o mejorar el servicio. Lo que se
ofrece es lo que se ofrece, y todos sus reflejos funcionan para
defenderse en los tribunales si alguien propone otra cosa.
Tampoco sirve para tener bases en el
interior y hacer enlaces interprovinciales desde allí. No tiene la
vocación y todas las veces que lo intentó desde los años cincuenta
fracasó. Aunque su discurso se enrede usando la palabra “federal”, su
centro de decisión y sus operaciones empiezan y terminan en Buenos
Aires, y siempre fue así.
Tampoco sirve para hacer servicios
internacionales que no estén basados en Buenos Aires. También ha
intentado varias veces hacer escalas provinciales en vuelos
internacionales, pero este sistema tampoco funcionó.
En síntesis, desde el punto de vista de la
red, Aerolíneas piensa con mentalidad súper porteña, sin ninguna
conciencia federal, lo que termina condenando a los provincianos a
viajar a Buenos Aires para salir del país, algo que en 1950 se tomaba
con naturalidad, pero que hoy en el mundo es historia antigua.
Podemos discutir si sirve para salir y
llegar a horario. Es posible que no, porque eso forma parte del esfuerzo
competitivo.
Otro tema en el que ha fracasado es la
carga aérea. Tampoco tiene la vocación, y cosas aparentemente sencillas,
como lograr que los diarios de Buenos Aires lleguen al interior en el
primer vuelo del día funcionan con problemas. A pesar de Jetpaq, la
firma no es capaz de ofrecer una mensajería realmente dinámica puerta a
puerta.
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Brasil nunca tuvo una línea estatal de bandera, pero
siempre tuvo un ojo sobre el funcionamiento del
sector, que tuvo no pocos sobresaltos. Cuando fue
necesario subsidió empresas privadas como Varig, y
cuando juzgó que ésta no era viable la dejó quebrar (foto:
Pablo Luciano Potenze). |
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La defensa de Aerolíneas Argentinas
La supervivencia de Aerolíneas Argentinas
sólo se puede explicar analizando las ventajas que le da su relación con
el Estado, pero parecería que esto no basta, porque en el ambiente y en
la política se habla permanentemente de la necesidad de defender a
Aerolíneas Argentinas.
¿Defenderla de qué? En el discurso sindical está claro que se busca
defenderla de la privatización. Para las autoridades es defenderla de la
competencia o defenderla por estratégica, o eventualmente defender a la
gestión del momento.
Claro que inmediatamente aparecen las contradicciones sobre qué es la
defensa, porque la empresa dice que los pilotos sindicalizados solo
quieren defender privilegios, mientras que otros hablan de defender
negocios personales.
Es difícil saber qué se defiende cuando se habla de defender Aerolíneas
Argentinas.
Al mismo tiempo se habla muy poco de
defender las preferencias, los deseos o la conveniencia de los
pasajeros, y esto es grave. Aerolíneas Argentinas, como empresa estatal
al servicio del bien común, debería estar en primer lugar al servicio
del pasajero, pero muchas veces, para defender a la empresa, se lo
ignora y se lo desprecia. El caso más increíble ocurrió en 1986, cuando
APLA, para defenderse de Austral, mantuvo la compañía parada durante
veinticuatro días (POTENZE, PABLO LUCIANO, La Gran huelga, en
LV Lima Víctor, verano 2008-2009).
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Los A-320 del grupo LAN (a esta altura es muy
difícil saber dónde empieza y dónde termina cada
compañía del holding) hoy recorren la Argentina
transportando pasajeros argentinos y dando trabajo a
argentinos. Cada día es más evidente que habrá que
hacer una renegociación del tráfico aéreo de la
región, que deberá superar al Tratado de Fortaleza y
aceptar realidades para las que Aerolíneas
Argentinas no parece estar preparada (foto:
archivo Pablo Luciano Potenze). |
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En los últimos tiempos hemos visto de todo
en materia de olvidar al pasajero para proteger a la empresa estatal. Un
buen ejemplo es el hecho inexplicable de que desde hace años no se dan
permisos de ninguna naturaleza para explotar nuevas rutas.
Proteger una empresa, puede ser lógico en
circunstancias concretas (cuando nace, cuando hay una crisis), pero no
parece una actitud que tenga que durar para siempre. Profundizando el
tema, una empresa estatal de transporte tiene sentido si nadie está
dispuesto cumplir esa función y en esas circunstancias es admisible que
sea subsidiada, pero cuando —como es nuestro caso— hay diversas empresas
que quieren prestar esos servicios asumiendo el riesgo inherente y no se
les permite hacerlo para proteger a una empresa estatal que requiere
subsidios importantes, hay que pensar que hay algo perverso en el
ambiente.
Reconozco que en esto de los permisos hay algunos matices. El primero es
que muchos de los que solicitan rutas son aventureros, pero si el país
ofreciera garantías razonables a las inversiones habría menos
aventureros y más gente seria en este negocio. El segundo matiz es más
complicado, y tiene que ver con la sexta libertad (ver
Cielos abiertos, realidad y fantasía),
pero a esta altura de la historia los políticos tienen que encontrar el
modo de negociar para solucionar estos temas de modo de no perjudicar a
los pasajeros.
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La anunciada asociación entre TAM y LAN significará
para Aerolíneas Argentinas desafíos concretos que le
exigirán mucho más que buena voluntad (foto:
Pablo Luciano Potenze). |
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La sexta libertad
Aerolíneas Argentinas tiene basados sus
vuelos internacionales en Buenos Aires, fundamentalmente en Ezeiza. La
mayor parte de los pasajeros de esos vuelos viven en Buenos Aires, pero
hay muchos que residen en ciudades del interior, y hay pasajeros
internacionales que posiblemente no tengan ninguna intención de pasar
por Buenos Aires (turistas que van a puntos determinados, hombres de
negocios que trabajan con empresas del interior, visitantes a parientes
y amigos). ¿Cuál es la respuesta para esta gente?
La respuesta de Aerolíneas Argentinas, hoy
por hoy, es “vengan a Buenos Aires”, algo que no satisface a muchos,
sobre todo porque las conexiones aquí son de baja calidad (traslado de
Aeroparque a Ezeiza, facturación doble de equipaje, coordinación de
horarios). Es entendible que en el interior busquen otra cosa.
Y esa otra cosa la están ofreciendo desde
hace muchos años las empresas de los países limítrofes. Todos los días
hay vuelos de Rosario, Córdoba y Mendoza a Brasil y Chile, vuelos del
norte a Bolivia y de otros puntos a Uruguay. Estos servicios mueven
pasajeros de tercera y cuarta libertades, es verdad, pero están pensados
fundamentalmente en función de la sexta, algo que ni siquiera está
mencionado en la ley 19.030.
En el medio hay una realidad adicional, la
oferta internacional de Aerolíneas Argentinas fuera de la región es
pobre (Auckland, Miami, Barcelona, Madrid, Roma y Sidney), y dentro de
la misma es bastante limitada (Bogotá, Cancún, Caracas, Florianópolis,
Lima, México, Montevideo, Porto Alegre, Punta del Este, Río, San Pablo,
Santa Cruz de la Sierra y Santiago), por lo que hay muchos pasajeros que
quieren volar a destinos que la empresa no sirve. Estos pasajeros deben
hacer alguna combinación en cualquier caso, pero si además están en el
interior, se los obliga a salir desde Buenos Aires, y deben hacer dos.
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Mónica Fein, intendenta electa de Rosario, Hermes
Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe,
Antonio Ciancio, ministro provincial de medio
ambiente y Raúl Garo, presidente del aeropuerto de
Rosario en una conferencia de prensa realizada en
Buenos Aires el 5 de octubre de 2001 en la que se
solicitó la extensión de la autorización a LAN-Perú
para volar la ruta Lima-Rosario. El interior está
empezando a reclamar un tratamiento federal del tema
aerocomercial que no coincide con el discurso de
Aerolíneas Argentinas (foto:
Pablo Luciano Potenze). |
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La disyuntiva es compleja. ¿Debe un
gobierno negar la sexta libertad para proteger a su empresa cuando al
mismo tiempo así perjudica a sus pasajeros? Yo pienso que el pasajero es
el fin último de cualquier línea aérea, por lo que no comparto el
criterio del gobierno argentino.
Las últimas novedades
La actual administración de Aerolíneas
Argentinas ha recibido miles de millones de dólares para mantener
funcionando la compañía, ha vivido conflictos gremiales de magnitud, tiene
problemas para cumplir con la programación de los vuelos, no encuentra
el modo de poner en servicio los aviones que incorpora que quedan
estacionados indefinidamente en los aeropuertos, y ni siquiera es capaz
de hacer balances serios de su gestión. En cierto sentido la empresa
parece una nave que flota, pero va al garete, en la que el concepto de
autoridad está en crisis, y los servicios se han degradado. En el fondo
es un capítulo más de la lucha de todos contra todos del sector
aeronáutico argentino y la incapacidad de la empresa para
autofinanciarse, historias muy viejas.
A principios de noviembre APLA y APTA
dieron a conocer diversos documentos, que parecían claramente una
declaración de guerra a la conducción empresaria (ver nota de Pablo Biro
en
Seprin;
en la web de
APLA ó en la web
aviones.com), al tiempo que comenzaban extrañas,
extrañísimas, medidas de fuerza de los controladores aéreos, que
solamente afectaban a Aerolíneas Argentinas, porque el resto de los
operadores no tenía ningún problema.
Pero esta vez la novedad fue que la
Presidenta de la Nación se involucró personalmente en la crisis,
respaldó fuertemente a la conducción empresaria y lanzó munición gruesa
contra los sindicatos.
Casi inmediatamente la empresa anunció, de
modo confuso, que revisará sus rutas para abandonar aquellas de baja
rentabilidad y concentrarse en el servicio doméstico y regional, algo
que presupone cambios importantes en la filosofía de la operación y el
plan de rutas. Es prematuro suponer qué pasará, pero el anuncio sugiere
un achicamiento, que es altamente contradictorio con la incorporación de
aeronaves y personal que se ha hecho en los últimos tiempos.
Buenos Aires 9 de Diciembre de 2011
Notas:
[1] Aerolíneas Argentinas y
Austral son líneas aéreas, Optar es una operadora turística, JetPaq era
una antigua empresa de currier creada por Austral que ahora hace cargas,
y Aerohandling es una empresa de servicios de rampa.
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