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Plane Spotting: Festival Aéreo de El Trébol

Crónica de una
jornada especial

Tras el fallo en la estructura del avión, el piloto Dino Moliné responde rápidamente a la emergencia, y según su entrenamiento, acciona el paracaídas balístico BRS que equipa a los Rans de la Escuadrilla Argentina de Acrobacia Aérea. 

 

Textos y fotos exclusivas de Gabriel A. Luque

Jamás hablé de esto con mis colegas, pero debo reconocer que disfruto muchísimo de las actividades previas al trabajo fotográfico. Es un verdadero placer programar los viajes, alistar el equipo y fundamentalmente, recorrer largas distancias camino a los festivales, conduciendo a través de cientos de kilómetros acompañado de buena música y una infaltable taza de café.

Tal vez por eso me sorprendió el fastidio que sentí cuando el reloj-despertador indicó las 4.30 de la mañana, aquel 15 de agosto de 2010. El plan del día incluía un viaje de unos 400 kilómetros hasta la ciudad de El Trébol
1, para asistir a su festival aéreo. Si bien no esperaba una participación masiva de aeronaves, el interior de la República Argentina es pródigo en sorpresas, por lo que estaba seguro que encontraría algún avión histórico o fuera de lo común que justificase el esfuerzo del traslado. Por otra parte, la presencia de la Escuadrilla Argentina de Acrobacia Aérea garantizaba por sí solo un alto nivel en el espectáculo.

Increíblemente, durante la primera parte del día aquella sensación inicial de fastidio fue incrementándose por múltiples razones (problemas con mi auto, malas condiciones meteorológicas, etc.). Y por primera vez en casi 14 años de eventos aéreos llegué a preguntarme: qué estoy haciendo aquí?.....para qué hago esto?. No lo sabía, pero la respuesta a mi pregunta llegaría durante las primeras horas de la tarde, de la manera más inesperada.

Afiche publicitario del festival (archivo: Gaceta Aeronáutica).

En el transcurso de la mañana la actividad del festival fue la habitual en este tipo de eventos, con el arribo de aeronaves particulares en un marco de una buena organización y calidez general. Mereció especial mención la presentación de la Escuadrilla Argentina de Acrobacia Aérea, que alineando 2 S-9 y un S-10 realizó la rutina más ajustada y precisa que yo recuerde (conste que he visto muchísimas de sus exhibiciones).

A primera hora de la tarde, paracaidistas y algunos aviones civiles mantuvieron la atención del público en general, hasta que alrededor de las 14.30 despegó uno de los aviones de la Escuadrilla para efectuar una demostración en solitario. Al mando de Dino Moliné, el S-9 matrícula LV-X331 comenzó con su secuencia acrobática ante las 3000 personas que presenciaban el evento.

Lo que sigue es conocido por casi todos: al efectuar una maniobra en ascenso con G negativas, el avión perdió uno de sus planos. En segundos y con indudable destreza, el piloto alcanzó a desplegar el paracaídas balístico que equipaba al avión, descendió y abandonó el aparato casi sin lesiones, lejos de la ubicación del público.

Si bien es un lugar común, quisiera resaltar que no existen palabras para describir lo que se siente al presenciar una contingencia de este tipo. En mi caso, debo reconocer con cierta vergüenza que mi primer instinto fue enfocar y fotografiar la escena, mientras rogaba que el paracaídas funcionara correctamente. Luego con Dino ya a salvo, resultó difícil descifrar los sentimientos: estaba alegre por ver al piloto sano, y satisfecho por haber obtenido quizás la mejor secuencia fotográfica de mi vida. Pero no podía evitar sentir una gran tristeza al ver el incendio que destruyó un avión que tanto sacrificio costó adquirir y construir.

Sea cual fuere la causa del accidente (no estoy capacitado para opinar sobre ello), desde mi inexperto punto de vista quisiera resaltar la adecuada política de seguridad de la Escuadrilla, materializada en estos tres puntos:

  • Instalación de equipos de emergencia en los aviones (paracaídas balísticos)
  • Realización de las maniobras riesgosas lejos de la zona del público
  • Correcto entrenamiento de los pilotos.

Con respecto a las causas del accidente y a las condiciones de seguridad de la Escuadrilla Argentina de Acrobacia Aérea, su Director me ha hecho llegar la siguiente información, la que transcribo textualmente:

 “…Una vez creada la escuadrilla, el concepto de formación y enseñanza de nuevos pilotos incluye por supuesto la idea del error, pero por otra parte, nosotros asumimos siempre, que el error es inherente al ser humano, así que todo el trabajo va enfocado a minimizar las consecuencias de los posibles errores y no a suponer que no van a ocurrir.

En ese contexto, empezando por mis accidentes, que fueron siempre errores míos, cada sistema, cada entrenamiento y cada tipo y forma de trabajo presupone la posibilidad de un error y presupone, por lo menos, una opción para salvar su consecuencia lo mejor posible.

Rizo negativo. Sin el ala izquierda. Disparo del paracaídas balística

En este caso en particular, y hasta que consigamos hacer ensayos especiales sobre los montantes del avión, que muestren otra cosa, suponemos con una seguridad de un 99%, que se excedió la carga máxima de G que soporta el ala, y por eso colapsaron los montantes hacia adentro (pandeo), los dos al mismo tiempo y exactamente al medio.

Al empezar un rizo negativo, y poner el máximo de carga negativa, es probable que el avión atravesara una zona de turbulencia fuerte (el día estaba muy ventoso y turbulento), y la sumatoria de esfuerzo del avión más la carga externa rompió por compresión los dos montantes y el ala se pliega primero, desprendiéndose después. No hay falla ni fatiga alguna en la aeronave, simplemente el vuelo fuera de los límites previstos de carga máxima estructural. Más adelante determinaremos el porqué, que por supuesto no será por una única causa, sino varias concurrentes (ángulo, velocidad, potencia, turbulencia severa, etc.)

La altura y la posición para este tipo de maniobras de alta exigencia eran justamente las correctas (ya que si bien se hacen vuelos muy bajos, no se carga en los límites el avión allí).

Cabe aclarar que el show con tres aviones formados tiene baja exigencia de carga y de maniobras para poder formar, y el vuelo de demostración individual, tiene justamente, la demostración de todo el límite del piloto y avión en conjunto.

Este avión en particular tiene tres años de nuevo y su paracaídas balístico también. El Ingeniero Ernesto Acerbo, tercer piloto del equipo y representante en Argentina de Rans y del paracaídas balístico BRS es además quién lo instaló correctamente y creo se lleva todo el aplauso, junto con la lucidez del Piloto Dino Moline cuyos procedimientos de emergencia fueron exactos.

Despliegue del paracaídas. Paracaídas abierto completamente. Lento descenso sobre el campo.

Siempre que vuela uno, o todos los aviones de la "Escuadrilla Argentina de Acrobacia Aérea" hay en tierra un director de vuelo, quién ordena la apertura del paracaídas en el momento en que se va el ala, al mismo tiempo que el piloto está decidiendo hacer lo mismo. El locutor también forma parte del equipo y maneja a su vez el público y los sistemas de emergencia.

Por eso la alegría, todos hicieron lo que había que hacer correctamente. Y por eso nuestro orgullo con todo el equipo.

Sabemos que no tiene que pasar nada y que el ideal es que no se cometan errores, pero estamos muy felices de saber que el entrenamiento que hacemos, y la manera de trabajar hasta ahora, (llevo 14 años con esos paracaídas balísticos instalados) es lo correcto, funcionó todo perfectamente y eso permite que hoy estemos festejando. En el video, pasan tres segundos entre que se desprende el ala y sale el cohete que arrastra el paracaídas. Escuchen el audio. Vean la disposición de público y caja de vuelo. Y, aunque no se vean, bomberos y ambulancia parten hacia la trayectoria del avión en emergencia. Como el avión gira, la cuerda principal se traba en la cola y por eso la posición de punta, sino, además quedaría con la cabina arriba. Pero por algo es especialmente larga la cuerda principal, evita que se complique el paracaídas propiamente dicho.

El Rans llega a tierra suavemente.

El ala que se fue era la que lleva el tanque de combustible, así que las mangueras rociaron parte de la cabina con nafta iniciando un pequeño fuego en la cabina y un fuego más grande en el rastrojo de maíz, lo que ocasionó, una vez que el piloto estaba afuera de la cabina, que el incendio consumiera toda la aeronave. No hubo golpe fuerte al llegar al suelo por la baja velocidad de descenso del paracaídas, pero el avión fue arrastrado por el mismo unos 80 metros en el suelo, dado que había viento fuerte. Al salir, el piloto es arrastrado también y se raspa contra el suelo.

Hoy somos la única escuadrilla del país, y una de las dos únicas de Sud América, con además, el criterio de formar chicos jóvenes en esta actividad para que siga creciendo.

Somos también los únicos acrobáticos que usamos el sistema de paracaídas balístico, no porque los aviones sean inseguros, ni porque se desgasten como escribieron por allí, sino porque asumimos la posibilidad de un error. Los que están en el ambiente conocen de, por ejemplo, del ala que se voló de la mejor serie de Sukoi con fatales consecuencias, o del ala que se le fue a Sean Tuker, o la del Tucano de la Escuadrilla Fumasa sobre la playa, sólo por citar algunos ejemplos…”

Por la tarde de aquel domingo, mientras desandaba los 400 kms desde el El Trébol hasta General Rodríguez, mi ciudad natal, no podía dejar de pensar que había asistido a uno de los momentos más impactantes a los que un spotter se puede enfrentar. Y finalmente comprendí por qué, a pesar de todos los inconvenientes y el fastidio de aquella mañana, mi decisión no había sido errada.

General Rodríguez, 20 de Septiembre de 2010

Notas:
[1] El municipio de El Trébol se encuentra ubicado a unos 430 kilómetros al noroeste de la ciudad de Buenos Aires, en el corazón de la provincia de Santa Fe. Con una superficie de unos 345 kms2, cuenta con unos 16 mil habitantes, y desarrolla una actividad eminentemente agrícola-ganadera.


Colaboró con la redacción de esta nota Cesar Falistocco, director de la Escuadrilla Argentina de Acrobacia Aérea.

Imagen de portada

El Rans S-9 Chaos con matricula LV-X331 al mando de Dino Moliné realiza su tabla acrobática en los azules cielos santafesinos de El Trébol.



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