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Aviación Militar: Lockheed F-22A Raptor

Los primeros cazas de quinta generación
en América Latina

 

Alejados del público y semiocultos entre otras aeronaves estacionadas en la plataforma del Grupo 10, “Zeke” Skalicky (piloto), Derek Hellman y Daniel Glabinski (crew chiefs) inician la ceremonia previa al primer vuelo de demostración del F-22A 05-4105 en territorio chileno.

 

Texto y fotos de Carlos Ay - Aeromilitaria Argentina (excepto donde se indique)


Desde que los Estados Unidos comenzaron a considerarse una potencia mundial, sus fuerzas armadas han sabido proyectar el poderío nacional a prácticamente todo el orbe. América Latina no ha llegado a sentir el efecto real de la maquinaria bélico-industrial norteamericana al grado que sí lo han experimentado Europa, el Sudeste Asiático o el Medio Oriente. Pero tampoco ha estado exenta de presenciar su notable capacidad de proyección y, desde las postrimerías de la II Guerra Mundial, ha sido escenario de ejercicios cargados de significación. Desde los B-17 Flying Fortress que visitaron Buenos Aires en tiempos de “Braden o Perón” a los B-52 Stratofortress y KC-135 Stratotanker que la sobrevolaron en lo más álgido de la Guerra Fría; de los B-57 Canberra que buscaban en la atmósfera superior rastros de explosiones atómicas desde Mendoza en la década de 1960 a los F-117 Nighthawk, B-1 Sentry y B-2 Spirit que participaron en las FIDAEs de la década de 1990. La llegada del Siglo XXI no escapa a esa costumbre y FIDAE 2010 fue el escenario elegido para exponer en América Latina al representante más avanzado del arsenal aéreo norteamericano del nuevo siglo.

El F-22 Raptor es resultado del proyecto ATF (Advanced Tactical Fighter o Caza Táctico Avanzado) iniciado por la USAF (United States Air Force o Fuerza Aérea de los EE.UU.) a fines de 1981. En él confluyen elementos que lo distinguen como el único caza de quinta generación actualmente en servicio: Invisibilidad completa, radar y sensores avanzados, capacidad de suprimir defensas enemigas tanto en modo aire-aire como aire-tierra, potencia para volar por sobre la velocidad del sonido sin tener que apelar a la poscombustión y empuje vectorial, lo que le otorga una maniobrabilidad excepcional. Construido por Lockheed Martin, el modelo emplea aviónica provista por Boeing, radar AN/APG-77 suministrado por Northrop Grumman y Raytheon y motores F119 de Pratt & Whitney. Tras realizar su primer vuelo a fines de 1990, el proyecto completó la fase de desarrollo entre 1991 y 2001, superó su evaluación operativa en 2004 e ingresó al servicio un año más tarde. A menos que aparezcan nuevas órdenes de compra de la USAF o se autorice su exportación a naciones aliadas, su producción alcanzará los 200 ejemplares cuando la línea de montaje se cierre en 2011.

Función primaria: Caza multirrol de dominio aéreo.

Envergadura: 13,6 m.
Largo: 18,9 m.
Altura: 5,1 m.

Planta de poder: Dos turboventiladores Pratt & Whitney F119-PW-100 con posquemadores y toberas bidimensionales de empuje vectorial que entregan un empuje aproximado de 690 kN (70.000 libras).

Peso vacío: 19.700 kg.
Peso máximo de despegue: 38.000 kg.
Capacidad interna de combustible: 8.200 kg.
Capacidad de combustible con 2 tanques alares externos: 11.900 kg.

Velocidad máxima aproximada: Mach 2
Capacidad de volar a “supercrucero” (velocidad superior a Mach 1 sin empleo de post-combustión)
Alcance en configuración ferry (con 2 tanques alares externos): Más de 890 km.
Techo de servicio: Sobre 15.000 m.

Armamento fijo: Un cañón M61A2 calibre 20 mm con 480 disparos.
Carga portante (bahías laterales): Dos misiles aire-aire infrarrojos AIM-9 Sidewinder.
Carga portante (bahías principales): Seis misiles aire-aire guiados por radar AIM-120 (configuración aire-aire) o dos bombas inteligentes GBU-32 de 461 kg y dos misiles AIM-120 (configuración aire-tierra).

Fuente: USAF Fact Sheet, 12/05/2010. Logotipo: Lockheed Martin.

El despliegue operacional del modelo abarcará tres escuadrones en Langley (Virginia), tres escuadrones en Elmendorf (Alaska), tres escuadrones en Holloman (New Mexico) y dos escuadrones en Hickam (Hawai). En todas esas bases, los F-22s serán operados de manera integrada por la USAF propiamente dicha, la reserva de la Fuerza Aérea o la Guardia Aérea Nacional. Prestando funciones de apoyo (ensayos en vuelo, entrenamiento y adoctrinamiento), también se podrán encontrar F-22s en Edwards (California), Nellis (Nevada) y Tyndall (Florida). Así, el despliegue totalizará 15 escuadrones: 7 escuadrones de caza de la USAF, dos de la reserva y dos de la guardia aérea nacional (Virginia y Hawai), dos escuadrones de ensayos (Ed-wards y Nellis) y dos escuelas de combate (Nellis y Tyndall). Desde su entrada en servicio en 2005, el Raptor ha participado con un éxito abrumador en varios ejercicios de combate aéreo contra cazas de generaciones precedentes, tanto norteamericanos como aliados. Desde 2007, por su parte, ha realizado contadas excursiones fuera de los EE.UU.: En mayo de ese año desplegó por primera vez a Kadena (Japón) y en septiembre apareció en su primera feria internacional en Ontario (Canadá).

Recién llegado a Santiago de Chile, el F-22 05-4088 muestra abiertas las bahías de armamento principal (ventral) y laterales, un rasgo distintivo de este caza de avanzada tecnología “stealth”.

Raptores sobre los Andes

Para su presentación en Chile, la USAF decidió apelar a una solución combinada. Tal como veremos más adelante, el grueso del personal desplegado pertenecía al F-22 Raptor Demonstrator Team (Equipo de Demostración F-22) con asiento en Langley. Pero las dos máquinas utilizadas en la presentación y 30 militares que las acompañaban provenían de la  49th FW (49th Fighter Wing o 49ª Ala de Caza) de New México y llegaron a Santiago acompañadas por dos KC-10A Extender originarios de Travis (California).

Emblema del F-22 Demo Team.

Para alcanzar la capital chilena, la formación debió recorrer aproximadamente 8.600 km y realizar, según comentarios del mayor Dave Skalicky, 17 reabastecimientos en vuelo. Liderada por el F-22 05-4105, la escuadra tocó tierra en Pudahuel a partir de las 16:40 hs. del viernes 19 de marzo y estaba integrada también por el F-22 05-4088 y los KC-10A 84-0191 y 87-0117. Acompañados por un impresionante dispositivo de seguridad montado por la Fuerza Aérea de Chile, los cazas fueron prontamente almacenados en un hangar del Grupo de Aviación No.10 y las cisternas se repartieron en plataformas y rodajes de la principal aeroestación chilena.

Los Raptors que visitaron Santiago de Chile habían sido adquiridos en una partida de 24 aparatos que, valuados en aproximadamente US $ 171.000.000 cada uno, fueron solventados con presupuesto del año fiscal 2005 (de allí el prefijo “05” de sus matrículas). Montados en la planta que Lockheed Martin posee en Marietta (Georgia), ambos corresponden a la configuración “Block 30” en la cual comenzaron a madurar en 2006 las capacidades de ataque a tierra del F-22 (el “Block 40”, lanzado hace aproximadamente un año, es una variante más avanzada pero todavía no ingresa al servicio activo). Las coincidencias no terminan allí, ya que los dos aparatos también realizaron sus primeros vuelos en 2007 (febrero para el ‘4088, octubre para el ‘4105) y operaron en Alaska con el 90th FS “Pair-o-Dice” (90th Fighter Squadron o 90º Escuadrón de Caza “Par de Dados”) hasta el año 2008; para después trasladarse a Holloman y comenzar a volar con el 7th FS “Screaming Demons” (7th Fighter Squadron o 7º Escuadrón de Caza “Demonios Gritones”).

 Otro rasgo distintivo de la avanzada tecnología que equipa al F-22 son las toberas de empuje vectorial bidireccional, dispositivos que le permiten realizar maniobras que desafían las leyes de la gravedad, la lógica y la razón…

Otra casualidad es que los Raptors de FIDAE lucían marcas especiales sobre el peculiar acabado que les otorga su pintura absorbente de radiación. El ‘4088 portaba la inscripción “49th FW” en la cara externa del timón y el escudo del 7th FS sobre la toma de aire izquierda. El ‘4105, por su parte, portaba en el timón la leyenda “44th FG” y no tenía distintivo de escuadrón. Esto es atribuible a que, veinte días después de transitar por Pudahuel, el aparato sería uno de los primeros F-22s entregados al 44th Fighter Group (44º Grupo de Caza), unidad de reserva recién activada en Holloman. Como dato anecdótico, esos Raptors serán operados por el 301st FS “Red Tail Devils” (301st Fighter Squadron o 301er Escuadrón de Caza “Demonios de Cola Roja”), mejor conocido como los “Tuskegee airmen” (aviadores de Tuskegee), unidad que se hizo famosa en Europa durante la II Guerra Mundial por su alto desempeño y por estar integrada por pilotos de color.

Así como el F-22 se caracteriza por poseer capacidades exclusivas del único caza de quinta generación actualmente en servicio, el equipo humano que lo presentó en FIDAE tenía por misión demostrar las cualidades profesionales del personal que vuela, mantiene y brinda apoyo a esas aeronaves. Y cada uno de ellos se distingue por contar con calificaciones profesionales de las más elevadas para el puesto. El “Demonstrator Team”, que contribuyó con aproximadamente 15 personas, era liderado por el mayor Dave “Zeke” Skalicky (32), ingeniero aerospacial graduado en la Universidad de Minnesota con más de 1.500 horas de vuelo en F-15 y F-22 y una impresionante lista de condecoraciones y reconocimientos por desempeño. Su superintendente era el sargento Greg “Gap” Gappert (39), experto en tecnologías de mantenimiento de aeronaves graduado en el Colegio Comunitario de la USAF, tiene casi 20 años de experiencia manteniendo aeronaves F-15 y F-22, participó en las operaciones Desert Shield/Desert Storm y Enduring/Iraqi Freedom y fue premiado varias veces por su desempeño como especialista. El Ala 49, que aportó otros 30 participantes, desplegó liderada por su propio comandante, coronel Jeffrey Harrigan.

Enmarcado por dos F-22, Dave “Zeke” Skalicky explica a varios periodistas las peculiaridades que distinguen al Raptor como único caza de quinta generación actualmente en servicio.

Los Raptors realizaron una presentación por día entre el lunes 22 y el miércoles 24 y entre el viernes 26 y el domingo 28. Todas las presentaciones se realizaron de tarde y seguían una rutina precisa que comenzaba con el decolaje por la pista 35 derecha. En los 15 minutos subsiguientes, “Zeke” Skalicky sometía el Raptor a una impresionante secuencia de ascensos y descensos vertiginosos, giros y rizos apretados, barrenas controladas y pasajes a alta y baja velocidad con los cuales demostraba su tan mentada “super maniobrabilidad” y desafiaba reiteradamente a la ley de la gravedad… Pero, más que explicar aquí la rutina acrobática del Raptor, proponemos a nuestros lectores verla en el video que sugerimos a la izquierda de esta página.

¿El fin de una era?

Claro que no todas son rosas para el F-22. Sus críticos opinan que sus opciones de armamento son muy limitadas (nótese, por ejemplo, que no puede transportar misiles anti-radar), que es antieconómico (su precio unitario, según distintas estimaciones, oscila entre 143 y 250 millones de dólares) y algo inútil para combatir en “guerras menores” y en operaciones de lucha contrainsurgencia, que sería demasiado costoso de operar y mantener con buenas tasas de disponibilidad (actualmente, éstas no superarían el 70%) y que será construido en cantidades tan limitadas que terminará siendo derrotado en combate frente a aeronaves técnicamente inferiores pero numéricamente superiores (¿podrán 10 F-22s vencer a 100 Mig-29s?).

Y, aún si el gobierno norteamericano levantara las restricciones a su exportación, es muy probable que de todos modos pierda la competencia económica con rivales de “generación 4,5” más económicos, tales como el F-15SE (Silent Eagle) y el F-18E Super Hornet, quienes seguramente le arrebatarán los pocos mercados de exportación que podría aspirar a conquistar (Israel, Australia, Canadá y Japón).

Las aeronaves participantes

F-22A Raptor 05-4105

F-22A Raptor 05-4088 (foto: Carlos P. Valle C.)

KC-10A Extender 84-0191

KC-10A Extender 87-0117 (foto: Fernando Olivares)

Y no podemos dejar de observar que, si bien el marketing del fabricante asocia persistentemente la marca “F-22 Raptor” con un ave de rapiña tal como el halcón, el águila o el búho, un diccionario científico de la lengua inglesa también asocia el término con los “ágiles dinosaurios carnívoros del período cretáceo” (período pre-histórico que terminó, precisamente, con la extinción de todos los dinosaurios). Dado su elevadísimo costo de adquisición y el advenimiento de las aeronaves de combate sin piloto, no resulta alocado pensar que el F-22A podría personalizar el final de la “especie” de los aviones de caza tripulados… Pero, cualquiera sea el porvenir de este “neo-cretáceo aeronáutico”, FIDAE y Chile conservarán el privilegio de haber sido los primeros anfitriones regionales del exponente más representativo de esa era.

Santiago de Chile  28 de Mayo de 2010


Imagen de portada

Alimentando el ego de los anfitriones, los Raptors de la USAF pernoctaron en un hangar del Grupo de Aviación No.10 en el que sobresale una colorida enseña tricolor. ¡Cuántos entusiastas locales fantasearán, al ver esta imagen, con que la bandera chilena fuese algo más que un mero marco pictórico para esta ilustracion!


Guillermo Acerbi, Carlos P. Valle C. y Fernando Olivares colaboraron en la preparación de este reporte.
También consultamos: Airliners, Code One Magazine, Defense Industry Daily, Dictionary.com, Discovery Channel, F-22 Raptor, Global Security, Google Earth y Google Maps, Scramble, The Ultimate F-16 Reference y USAF (sitio oficial).



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