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Aviación Comercial Argentina:
Aviación federal (en serio)

Kaikén, a mediados de los años noventa tenía problemas para volar porque los aeropuertos de su área de influencia no estaban abiertos en los horarios en que quería operar

 

Textos y fotos de Pablo Luciano Potenze.

Hace un poco más de una década el señor Oscar Valls, dueño y CEO de Kaikén Líneas Aéreas, decía permanentemente que “los aviones necesitan horas para volar”. Se refería a los horarios de los aeropuertos, y su razonamiento era sencillo. Para una aerolínea basada en Río Grande, que realizaba vuelos cortos para pasajeros de negocios de la región, era indispensable salir a primera hora de la mañana hacia Ushuaia Río Gallegos y Punta Arenas, pero los aeropuertos estaban cerrados hasta bien avanzada la mañana, y por la noche cerraban temprano.

El fondo de la cuestión era sencillo. El sistema aeronáutico argentino estaba diseñado para un mundo ideal, basado en Buenos Aires, en el que grandes jets salían a primera hora (quizás de noche) de Aeroparque hacia destinos del interior a los que siempre llegaban en vuelo diurno. Retornaban a la capital, hacían quizás otros vuelos, pero cuando caía la tarde, siempre en diurno, salían de lugares remotos, y no tenían inconvenientes en aterrizar en Aeroparque por la noche.

Algunos pocos aeropuertos del interior tenían vuelos nocturnos. La norma era que sus horarios de operación, y en cierta medida su equipamiento estuvieran al servicio de este sistema, que era lo que interesaba en Buenos Aires, base de Aerolíneas Argentinas y Austral, los grandes.

Pero cuando empezaron a aparecer empresas en el interior con otros proyectos adaptados a las necesidades locales empezaron los problemas, porque sus requerimientos eran totalmente distintos, y no sólo en materia de horarios. Valls también predijo que la privatización de los aeropuertos sería la muerte de los servicios con aviones de diecinueve plazas, y no estuvo muy errado. También planteó que obligatoriedad de usar los servicios de Intercargo (ahora algo aliviada) también era algo insostenible para las empresas provinciales.

El aeropuerto de San Luís

El aeropuerto de San Luis en 2005. Igual que ahora, un espacio grande y vacío.

Pasaron los años. Kaikén cayó en la bancarrota (es largo explicar por qué), y la aviación del interior del país prácticamente desapareció, aunque —reconozcámoslo— se habló hasta la exageración de la aviación federal.

En octubre de 2009 Sol Líneas Aéreas busca incorporar la ciudad de San Luis a sus destinos, y se encuentra con la misma trampa que Valls denunciaba a mediados de los años noventa. En el horario en que quiere llegar allí (las 21:00 horas, nada del otro mundo), el aeropuerto está cerrado.

No hay muchos vuelos a San Luis. Aerolíneas Argentinas opera seis frecuencias semanales, que llegan cerca del mediodía. El resto del tiempo el aeropuerto no tiene actividad comercial. Desde la óptica tradicional (porteña) es lógico que tenga un horario restringido.

Es ridículo mantener un aeropuerto para sólo seis vuelos semanales, pero es más ridículo tenerlo cerrado cuando se pueden agregar otros vuelos.

Buenos Aires 26 de Octubre de 2009


Imagen de portada

Sol líneas Aéreas, a fines de la década del 2000 tiene problemas para volar porque los aeropuertos de su área de influencia no estaban abiertos en los horarios en que quiere operar.



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