“Nada más queda”. Tal
vez esta frase resuma el presente de lo que llegó a ser la tercera línea
aérea en importancia de la República Argentina en su época de esplendor.
Lejos de pretender hablar aquí de la historia de Dinar Líneas Aéreas,
antes de encarar de lleno la aeronave que nos interesa, vale la pena
hacer un breve racconto del nacimiento, desarrollo y fin de una de las
tantas empresas aéreas privadas que supo tener Argentina y que, en el
año 2002 finalizó sus operaciones, terminando como tantas otras con el
desenlace menos deseado.
Debemos remontarnos al año 1992, cuando DINAR (una agencia de turismo
salteña conformada socialmente como una sociedad anónima) decidió ir más
allá en el mercado y solicitar autorizaciones para realizar vuelos
charters exclusivos, siendo su primera ruta
Aeroparque-Tucumán-Salta-Iquique (Chile). Con el devenir del tiempo y la
situación del mercado, en aquel entonces la idea comenzó a surtir los
frutos deseados; sumándose a la ruta original más destinos. Esto
permitió a gran parte de la población del interior de la Argentina, que
nunca antes había viajado en avión para vacacionar, poder ahora hacerlo
y, lo que es más importante, sin tener que cumplir el obligado y
extenuante paso por la Ciudad de Buenos Aires. Este panorama le permitió
a Dinar encarar un proyecto más ambicioso y finalizar con los costosos
arrendamientos de aeronaves para cumplir sus vuelos, y montarse como una
línea aérea propiamente dicha para meterse a dar pelea en un mercado
aerocomercial extremadamente difícil de competir como el argentino
Fue así que en el año 1993, nació Dinar
Líneas Aéreas y obtuvo los primeros permisos para realizar vuelos no
regulares de pasajeros, correo y carga para, posteriormente en el año
1994, comenzar con las operaciones regulares. A partir de allí comenzó
un periodo de grandes logros por parte de la compañía, teniendo como
características que la diferenciaban de las demás varios detalles no
menos importantes a la hora de elegir volar (más allá del valor del
pasaje). Por ejemplo un servicio de abordo con exclusivo menú a la carta
(supervisado por el afamado chef internacional Gato Dumas), una
destacada puntualidad cercana al 90% y un especial interés en demostrar
la seguridad de sus operaciones.
Dinar se caracterizó por utilizar los
tipos más variados de aeronaves, de la mayoría de los principales
fabricantes a nivel mundial. Mayoritariamente hicieron uso, para
operaciones charters, de aviones tales como Airbus A300 y A310, Boeing 727,
737, 757 y 767, Fokker F.28 y Douglas DC-9 y McDonnell Douglas MD-80. En el año 2002, afectada notoriamente por
la crisis económica desatada en la Argentina y acompañada por una una
administración que no pudo "capear el temporal", el desenlace fue el que se preveía: Dinar se presentó en
concurso preventivo de acreedores. Con posterioridad, la situación se
agravó con la solicitud de su quiebra, feneciendo la empresa como tal.
Gloria y ocaso del Yankee
November Alfa
Determinado
el panorama, en un momento Dinar decidió, como anteriormente
mencionamos, salir a la compra de aviones y cuando lo hizo la balanza se
inclinó a favor del constructor de la costa oeste estadounidense, McDonnell Douglas. Fue entonces cuando comenzaron a llegar primero los
DC-9 para posteriormente comenzar con la modernización de la flota por
parte de los modernos Súper DC-9 (MD-80 Series). Fue así que en el mes de
abril de 1998 arribó al país el protagonista de nuestra historia, el
McDonnell Douglas DC-9-41 matrícula pasavante LV-PNP,
tras haberse encontrado volando anteriormente con la compañía francesa
TAT (Transport Aérien Transrégional) con matricula finlandesa OH-LNF. Una vez cumplimentados todos los trámites de matriculación definitiva en
el registro nacional de aeronaves, obtuvo su registro argentino: LV-YNA.
Antecedentes |
Modelo |
Douglas DC-9-41 |
Planta de poder |
Pratt & Wittney
JT8D-17A x 2 |
Número de serie |
47614 |
Número orden |
747 |
Configuración interior |
138 económica |
Fecha de fabricación |
17 de octubre de 1974 |
Horas totales |
49.455 |
Ciclos totales |
62.102 |
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La historia de esta
aeronave comenzó en el año 1974, cuando la Douglas recibió un pedido de
la compañía japonesa TDA (Toa Domestic Airlines) por un total de 25 de estos aparatos. Nuestro
ejemplar ocupaba la posición 747 de la línea de producción, recibió el
número de serie (MSN o manufacturer serial number) 47.614 y la matrícula
japonesa JA8430. Posteriormente, en el año
1983, fue dado de baja por esta compañía y fue adquirido por la afamada
operadora de aviones Douglas nordica, Finnair, recibiendo matricula
finlandesa OH-LNF hasta su inscripción con bandera argentina.
La aeronave fue destinada a
cubrir tanto rutas de cabotaje como regionales, operando vuelos no
regulares y regulares. A lo largo de su vida útil en Dinar vistió dos
esquemas de pintura. En principio, el esquema de fuselaje blanco con
vivos azul y verde de estilo Crossair (deriva azul con el símbolo de
Dinar en verde y las letras estilizadas grandes en mayúscula a ambos
lados del fuselaje). Posteriormente, mantuvo un esquema muy
similar pero las letras en grande que mencionaban el nombre de la
empresa mantenían en mayúscula solo la primera de ellas y se añadió una
pequeña cinta argentina que rezaba la frase “Argentina por excelencia”,
en un claro mensaje de diferenciación con el grupo Aerolíneas Argentinas
de capitales españoles. Esta fue una práctica no
sólo llevada adelante por Dinar, que también supo colorear sus aviones
con la frase “Desde el norte argentino al Mercosur”, sino también por
Lapa. Esta contemporánea de Dinar fue pionera en esta estrategia de
marketing decorando sus aviones con una gran escarapela argentina que
decía “Ser argentinos nos acerca”.
Después de brindar servicio durante años, como antes mencionamos, Dinar finalizó
sus operaciones y consecuentemente los aviones de su flota que mantenían
rentados retornaron a sus dueños. Los de la compañía
quedaron, con la apertura del concurso preventivo, diseminados en
diferentes aeródromos de nuestro país. Así nos encontramos, por ejemplo,
el caso del matriculado N927L (MSN 48123), que en el año 2006 aún se
lo podía ver preservado en Tucson, Arizona (EE.UU.) vistiendo los colores
de Dinar. O, particularmente el caso de los aviones que permanecieron en
Argentina, como los matriculados LV-YPA y LV-YOA que fueron preservados
en el aeródromo El Palomar sin sus motores. Y el caso que nos convoca,
el matriculado LV-YNA, que años después de la desaparición de su
operador, permanecía en política de preservación en la posición 41 de la
plataforma industrial del Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery de la
ciudad de Buenos Aires, todos a la espera de mejor suerte.
Las últimas horas
del Yankee November Alfa... |
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Al
principio, se cortan las alas (foto Carlos Lefans). |
Primeros cortes del fuselaje (foto Carlos Lefans). |
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Fuera el techo del fuselaje (foto Carlos Lefans). |
Ya
casi nada queda... (foto Carlos Lefans). |
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A medida que el expediente
judicial avanzaba, era inminente la quiebra de la compañía y con ello el
incierto final de sus aviones. Cuando ésta se produjo y se remataron
judicialmente los bienes remanentes, solo había una forma de hacer
redituable un avión abandonado por años: cortarlo en pedazos y
comercializarlo como chatarra. La alternativa, trasladar el avión a un
museo aeronáutico, difícilmente pudo considerarse dado el costo de
trasladar la aeronave a su nuevo hogar, lo que hubiera dificultado la
operación aún si los dueños del avión hubieran decidido donarlo.
Fue así que, como si el
destino le estuviera jugado una broma macabra en el Día de los
Inocentes, el 28 de
diciembre de 2007, una enorme maquina amarilla acabó con el fuselaje del LV-YNA para subir sus partes a un gran camión que partió con rumbo
desconocido. A partir de ese instante el último testigo de aquella época
dorada se fue de Aeroparque quedando en la actualidad tan solo unas
escaleras y carros de equipaje abandonados en Aeroparque que dicen
“Dinar Líneas Aéreas”.
Buenos Aires, Marzo de
2008
Articulo publicado previamente en PISTA 18
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